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Glosofobia: El miedo a hablar en público



Glosofobia o ansiedad para hablar es lo que comúnmente llamamos fobia o “miedo a hablar en público”. Proviene del griego “glossa” (lengua) y fobos (miedo).

La primera vez que muchos españoles escucharon esta palabra fue con la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, en plena crisis del ébola, una situación muy delicada a nivel de Comunicación donde la fortaleza del ponente y su templanza son imprescindibles, más aún si es un representante público. Desde luego, su miedo escénico no fue el principal factor en su caída pero sí contribuyó de manera decisiva.

Otros casos similares de fobia, ansiedad o  miedo escénico que hemos conocido en personas de renombre es el de Pastora Soler quien en diciembre de 2014 sufrió un desmayo sobre el escenario en plena actuación en Málaga (era la segunda vez que le sucedía, la primera meses antes en Sevilla). Al día siguiente anunciaba en redes sociales que “dejaba la actividad profesional”.

Meses después le pasó a Joaquín Sabina. También han sufrido miedo escénico. Y Adele, Scarlett Johanson, Salma Hayek, el vocalista de Guns N’Roses, Axl Rose y otros muchísimos artistas que están más que acostumbrados a exhibir su talento ante miles de personas, en los medios de comunicación, también sufren ansiedad.

 

¡El mismo Cicerón, considerado padre de la oratoria, sufría glosofobia !

“En vosotros suelo advertir, y en mí he experimentado muchas veces, que al empezar el discurso palidezco y empiezo a temblar…” (Diálogos del orador).

 

¿Por qué una persona acostumbrada a los escenarios sufre pánico escénico de repente?

Los psicólogos no tienen una opinión unánime frente a esto, normalmente este pánico va acompañado de una saturación y cansancio por acumulación de eventos, trabajo, viajes, etc. o verse envuelto en una situación de crisis sin precedentes como le sucedió a la ministra. Por muy buen orador que seas, nunca estás preparado para afrontar algo así sin nervios.   

Lo cierto es que la glosofobia o ese temor a hablar o actuar en público se traduce en síntomas físicos propios del miedo como emoción primaria: temblores, sudoración, parálisis, ansiedad y sensación de pánico. Como si viniera un león a comernos. Muchas veces, los mismos síntomas incapacitan a la persona para actuar  o hablar en público, por ejemplo, pierden la voz o se quedan absolutamente en blanco a la hora de dar el discurso. 

Las causas de la glosofobia son muy diversas: baja autoestima, una experiencia anterior negativa relacionada con hablar en público, fatiga, exponerse de forma excesiva (continuos conciertos, audiciones, conferencias, …)

  

¿Se puede superar el miedo a hablar en público y el temor escénico?

El miedo a hablar en público y la ansiedad se puede superar tanto como se puede volver a creer en uno mismo, el que es capaz de hacerlo y tiene la motivación necesaria para hacerlo. Insistimos en esas tres ideas: 

  • Creer en ti mismo y en lo que dices.
  • Ser consciente de que eres capaz de hablar en público.
  • Tener un motivo poderoso –más allá de ti mismo- para hacerlo 

Por ejemplo, en este caso lo que más valoran la mayoría de alumnos que acuden a nosotros con miedo escénico es que les ayudamos a encontrar una motivación para dar el paso y plantarle cara al miedo escénico, como saber que con lo que cuentan están ayudando a alguien en concreto o contribuyendo a un fin más trascendente que ellos mismos. Lo más importante en todas las personas con las que trabajamos, es encontrar las causas necesarias para afrontar la situación y vencer de esta forma la fobia generada (aplicable también a otros aspectos de la vida).

Otros factores esenciales muy importantes para saber cómo afrontar esta situación y este problema es hablar desde el conocimiento del tema y desde el convencimiento para enfocar pensamiento, emoción y cuerpo y no darle pábulo al miedo escénico ni a sus síntomas.

Pensemos el caso contrario, no sabes de lo que hablas, no estás convencido de lo que dices y encima sabes que el interés de tu comunicación es espúreo. O eres un orador entrenado (que los hay) o flaquearás en tu comunicación. Pensemos de nuevo en la que le vino encima a Ana Mato….¿cuántas personas aguantan eso?

 

¿Y en el caso de alguien que nunca haya hablado en público?

En este caso, también es posible combatir la glosofobia. Por supuesto que puedes hacerlo y aprender a cómo superarlo pero siempre que:

  • Creas en ti y en lo que dices
  • Te encuentres física y mentalmente equilibrado.
  • Tengas una causa poderosa para hacerlo.

Desde la experiencia de haber trabajado con cientos de alumnos, hemos podido ver y observar que cuando existe miedo escénico también existe un desequilibrio, bien sea mental, emocional o corporal. Es importante poder ver y darse cuenta de esta situación para actuar sobre ello.

El desequilibrio mental se produce cuando se asocia el hecho de hablar en público con una experiencia negativa, con pensamientos inquietantes cuando no debe ser así. Hablar en público es una experiencia fascinante. El desequilibrio emocional implica sensaciones de angustia y temor que al final traslucen en la comunicación y muchas veces están provocadas por esos pensamientos. Y el desequilibrio corporal es el que nos provocamos a nivel hormonal con posturas inhibidas, voz ahogada y haciéndonos “pequeñitos”. 

Así, equilibrar mente, emoción y cuerpo a la vez resulta fundamental para gestionar el miedo escénico y aquí entran desde hábitos diarios hasta técnicas avanzadas de oratoria:  un descanso adecuado, una buena alimentación, hacer deporte con regularidad, mantener pensamientos positivos y adoptar posturas de expansión son grandes aliados. 




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